Jacobo Muñiz
Ferrol (España),1973. Alguien dijo que la medida en la que disfrutamos de nuestro trabajo viene determinada por el grado de semejanza que éste tenga con aquellos juegos de la infancia que más nos divertían.
De niño me pasaba las horas dibujando, haciendo cuentos sobre folios sueltos que luego grapaba toscamente (nunca manejé bien las grapadoras).
Después llegó una etapa de oscuridad y turbulencias en la que dejé de escucharme a mí mismo. Hasta que el toparme con la frase que citaba al principio, junto a otros ingredientes de la vida, dio como resultado mi vuelta al dibujo.
Hoy disfruto con mi trabajo tanto como cuando era pequeño y mi objetivo es reencontrarme con aquella espontaneidad infantil que guía la mente de cualquier niño.